Despacio trato de aplanar esas dulces ganas que a tus labios tengo de llegar.
Entristecido de distancia, cojo una piedra y la hago revotar en el mar de ilusiones. Creando un circulo que pronto se deshace en pequeñas pinceladas de amor, juego con tu nombre.
Ese día te llame sin parar, con sordos ruidos.
Y apenas baje sin dudar mi cara encontró la felicidad en el aire.
Vos reíste y miraste a la derecha.
En el mundo no existió otra cosa más que tu preciosa sonrisa. Y mis ojos se volvieron vulnerables para besos dulces.
Siempre ahí, esperando tiernamente por unas palabras mías. Que no se hicieron esperar.
No recuerdo bien que dije, ni como actué. Solo tengo plasmada en mi pupila tus ojos. No me preguntes que dijiste en ese momento, solo se que ningún nombre correspondía con otro, y ningún titulo era el indicado.
Creo que reaccione como un loco y te presente variantes que no conocías.
El amor expresado en un par de hojas viejas, con olor a vació.
Y, aunque ni siquiera importo por lo que fuiste...importo solo que nosotros nos unimos magicamente.
Quizás esa sea la primer pagina de un cuento con final feliz.
"No deje de recordar su sonrisa en toda una semana..."
1 comentario:
el llamado siempre responde,por mas silencioso que sea.Siempre va a volver,por que sabe que en ese lugar le espera algo que la va a hacer feliz hasta el momento del siguiente reencuentro.Por mas absurdo que sea,es inecesaria la sensacion de vacio y la desesperanza de no volverla a ver...ella siempre va pensar en el y las ganas de mirarlo a los ojos nuevamente la va a guiar hasta el sitio.
Publicar un comentario