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Una casa.
Un destino.
Un desierto aislado de cuatro paredes que habla por si solo con su aspecto. Que huele a sol en la ropa. Que siente pero que no toca, que escribe pero no lee.

Un suelo.
Un anillo que une al mundo.
Arena que desperdiciamos en algún viaje al este de la luna, al norte de mis pensamientos. Al centro aislado de la polución. A la soledad.

Una isla.
Una sonrisa y el mar.
Una pareja que busca una razón para mantenerse 10 minutos junta. Un viajero del tiempo que se encuentra perdido en tristeza, buscando la misma razón que no encuentra la pareja.

Un adiós.
Una forma de despedida melancólica.
Una lágrima y el sentido de las cosas que se van cuando uno no entiende porque. Una estrella que sola se queda con el aire de la noche.














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