Un acantilado marrón.
Mis sueños caen uno a uno y las palabras se hacen invisibles. Se desarrolla el sentido de percepción a un estado de increíble: pero la vista sigue sin nacer.
Entonces, no se que pasara mañana.
Si las letras dejan de fluir, si tus besos siguen en silencio, se volverá al pasado exactamente a donde te conocí.
Para no conocerte.
Y no se que pasara mañana.
Una estrella que se posa en la solapa de un libro que no quiero leer aun. Mietras las sonrisas eran un recuerdo estúpido, de tu despiadada soledad interna.
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