Éramos una estrella necesitando una caricia.
Un olvido inmerso en otra sonrisa insulsa y la relación cielo-humano se volvió obsoleta.
Vamos a entender, mi amor, que nos recordamos en las figuras del subte.
Somos un hechizo marcando la magia en la vida ajena.
Y solo los pálpitos nos hacen diferentes.
Te diste cuenta tarde amor mio,
Que paso el sol mientras estabas distraída.
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