...como pude, intente abrir la puerta. Estaba cerrada.
Lentamente tome mi morral hindú y cogí las llaves de la casa.
Primero la más larga, que mi madre había puesto hace tres veranos y era capaz de mantener una jauría de leones, una estampida de elefantes africanos y un ataque de abejas asesinas sedienta de sangre fuera del alcance de los que habitaban la casa; y la gire haciéndola ceder, imponiendo un poco de fuerza; gire la segunda llave más pequeña que la primera.
Hizo "click" la puerta.
Con una suavidad irreconocible para mi cuerpo, forcé la puerta que se trancaba al principio y vi la luz de la cocina apagada y la de mi habitación también.
Tengo una casa pequeña y desde la puerta "principal" (que en realidad es la trasera) tengo un panorama claro de mi hogar.
Prendí una luz y mis ojos se achicaron acostumbrándose de a poco a la luz.
Un peso en mi espalda que lleve conmigo todo el día, me impedía caminar con ganas.
Llegue a mi habitación y con las poquisimas fuerzas que mantenía de vivir, prendí la computadora.
Puse una canción.
El estado mental por el que pasaba, donde no tenia ganas ni de levantar los dedos, donde no podía llevar mis pies a donde realmente quería, me impedía hacer todo lo que queria.
Ella llamo.
Se me dibujo la sonrisa y volví a mi mismo.
Para llamarla de nuevo.
1 comentario:
quiero un dia de tranquilidad y una tarde con vos, cuando la vida me lo dara?
tantas cosas escribiste en este tiempo, y para quienes..
yo tambien te extraño!
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