Las gotas de roció se hacian imperceptibles en la ventana, mientras con melancolía sentía su perfume en el aire.
La necesitaba y mucho.
La extrañaba a más no poder.
Sabia de la existencia de tantas emociones (todas esas con sú nombre) y en un coctail de destreza imagino sin forzar su rostro en la ventana, reflejado.
Lo miro a los ojos y lentamente lloro, sacando a pasear el vació que tenia dentro suyo.
Sabia que su amor era tan loco como hermoso y que se debía en su totalidad a ella.
Estaba ebrio de cariño. Enamoradamente ebrio.
Suavemente cerro los ojos.
Su respiración estaba presente y la seguía sintiendo.
La quería. Y nunca dejara de hacerlo.

"...Estaba perplejo y se desmayo de amor ante sus ojos..."
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