Tus ojos, mi sonrisa. Tu aliento, mi alma. Unidos en el crepúsculo, solos.
Vientre amado, cielo llamado tu nombre. Eternas maravillas escondidas en tu aura. Fríos vientos, que contentos llevan tus cálidos besos. Mantener las ilusiones intactas, fruto de tus palabras que coherentes supiste decir, sin palabras respondí y me hundí. Ángeles caídos, frutos prohibidos. Encantos juntados con inocencia (o no tanto). Imaginación intacta, sonidos que no dañan el destino…sombras elevadas en el cielo. Amargas desdichas unidas con fuertes abrazos. Ciegos intentos de persecución al caer desde la cornisa. Anheladas caricias intactas en tus manos, refugio de todo aquello que tocaste, aquello que quisiste, lugar que habita mi corazón.
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