Entre.
Apague el cigarrillo, con el no puedo subir.
Todos me miraron a la vez, como si fuera un extraño (para ellos los soy), pero hubo una particular, una llena de vida y se noto en la multitud.
Esa, tu mirada, la única que siguió mis pasos por el cochino tren, la que no me saco la vista de encima, la que lleno el ambiente de incertidumbre.
Cada vez que voltee me tropezaba con tus ojos y cada vez que mirara, te miraría a vos.
Jugaste con palabras ajenas a mi, mientras cuchicheabas mi nombre.
Nunca te supe y nunca te sabré.
No te bajes nunca bella. Vive ahí, en mi mente, para siempre.
1 comentario:
tee ztraño...espero sepas que lo hago, me encanto lo q escribiste...suele suceder ese enfermiso circulo vicioso en el trencito..
te amo primo..
espero te valla de mil en el nuevi laburo y manteneme informada....seguis con peleritti?
un ebso querido...gracias por ser mi primo-ammigo:)
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