En el encuentro sonante
con la sed de tu boca.
con la sed de tu boca.
Mis ojos razonan
Que los días sin vos
Son un suplicio.
Y los días que restan a mi suplicio
Explican como el des-encuetro nos ama.
Amamos el des-encuentro tanto como amamos nuestras amapolas vidas.
Porque si nos encontramos más seguido, no habria razon para extrañarnos.
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