14 jul 2010

Éramos una estrella necesitando una caricia.
Un olvido inmerso en otra sonrisa insulsa
(la relación "cielo-tierra" se vuelve obsoleta.)
Vamos a entender, mi amor,
que nos recordamos en las figuras del subte.
Somos
un hechizo
marcando la magia de la vida ajena.
Y solo los palpitos nos hacen diferentes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta ,mi experiencia te cuenta : que los palpitos "es magia" que unen las vidas ajenas de cada ser .suludos lucho ;muy bueno tu blog.MARIA ROSA Loms de Zamora.

maria_ro322hotmail.com dijo...

_ro32@