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¿Que sabes de mis mañanas mal humoradas?,
Dime tú, ¿que sabes?
De mi dolor de pie, de mis lagrimas en la ventana.
Dime, ¿Qué sabes?
Si tu pasado fuera mi piel, sin belleza brillaría ¿y tú lo sabes?
Pero dime, ¿Qué sabes?
Donde fue mi soledad cuando te abrace, dime si lo sabes.
Cuéntame, ¿Tu que sabes?
De mis horas inconclusas enredadas en camisas sin cuello ¿Supiste?
Entonces dime si lo sabes.
Ese verano que perdí la sonrisa, enredando tu ausencia en flores marchitas, mientras reías en silencio contigo misma, sobre un viaje estelar, sobre una perdida amistad.
Dime si sabes eso.

Dime, ¿conoces tú mis sueños más íntimos?
¿Sabes porque me entristece tu miserable presencia fantasmal?
Porque es el fantasma quien me mima.
Es la sal del destierro, es la arena de una nueva playa.
Y dime tú si te imaginaste parada ahí, sin saludarme.

Dime tú, si me conoces para saber cuando me duele.













Dedicado a B. M. que estoy seguro que sabe cuanto me duele su ausencia.
Pero para ser presencia, deberia intentar, formar de nuevo, un plato de amistad.