30 nov 2009

Como cientos de lágrimas se escurren en lo melancólico del planeta, nos vamos yendo lejos. Para perdernos. Para encontrarnos.
Como un abrazo nos fuimos amoldando.
Nos olvidamos el sentido del tiempo, mi amigo. Nos lo olvidamos.
Y pronto se hará violeta el olvido.
Descubrí que tengo que hacer para no estar solo, encontrando tus palabras con sentido y tú, alguien a quien querer.
Porque cuando estés triste y no prenda la luz, puedes confiar en mi sonrisa, mi amigo.
Porque cuando estés en cualquier lado y la soledad te atrape, puedes confiar en mi sonrisa, mi amigo.
Puedo estar en cientos de lugares, puedo atrapar el sol con las manos. Podría correr hasta alcanzarte, podría llorar al abrazarte. Podría fingir que ya no te quiero, para que no duela el recuerdo, puedo fingir que no te extraño, para apagar el día que no brilla.
Mirando alrededor del mundo.
Buscando tú consuelo en otros sencillos rostros.

Intentando que te quedes.
Prometiendo alguna estupidez.
Nada hará al reloj cambiar.











Ven, que vamos a jugar.

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