8 jun 2009

Un interno bosque inmaduro lleno mi vida de arboles.
Cada árbol, cientos de hojas intentando encontrar libertad en el viento.
Tres besos tuyos llenan con un aroma jazmín el aire.
Un abrazo entrometido nos fundió a los dos.
Unos acordes nos hicieron desmayarnos en el piso floreado. Mariquitas salieron a nuestro encuentro.
Cuando te tome de la mano, el cielo atestiguo nuestro encuentro. El Sol rió timidamente. La brisa nos acariciaba.
Rellenos de vida nos vieron dormidos.
Las colinas extrañan nuestras siestas, tanto como yo tus ojos.

































-(...) Y a veces te extraño, mientras el sol de otoño funde el celeste cielo. (...)-

No hay comentarios.: