Era tarde.
El aliento tenia gusto a mucho tabaco viejo...y de a poco el clima empezó a bajar de temperatura, para crear un ambiente sombrío...
Las luces no tardaron en aparecer por la calle...así como sus lágrimas.
Y a pesar de que espero más de lo que correspondía, no se quería ir...quería seguir esperando, quizás a nadie, porque ya nadie respondería su llamado de soledad.
Haciendo un monumento a la paciencia, se sentó en el piso.
Recorrió suavemente el paisaje frió con la mirada...intentando escapar, para volver a quedarse.
Las muecas de la noche intimidaba su estadía en la esquina.
A pesar de dudar, el no se iría.
Porque sabia que ella llegaría...
Y así lo hizo.
Y se quedo con el para siempre.
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