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Llegaste a mi ser, para arrasarlo de amor.
Me cubriste con un solo cielo celeste e imborrable y haces que cada segundo se parezca a años luz de pensamiento con tu nombre.
Ni Sabina, ni Serrat y menos Arjona me hacen pensar en otra cosa que no sea en vos...Y la Canción más hermosa del mundo tiene tu nombre ahora.
El silencio de mi habitación llena de recortes de estudio y libros viejos, trajo a mi imaginacion tu mirada (esa que no conozco, pero la siento).
Los versos ya no se sienten en la piel, sino en mi alma.
Y mi corazón tiene por que latir.