Y cuando pensaste que nada más te sorprendería, aparece algo y te cambia la cara (sea buena o mala) y te planteas cosas que hasta ahora jamás en tu vida te pudiste haber planteado…
Son esos momentos críticos, donde tu corazón late mas fuerte y la adrenalina que corre por tus venas pasa tan rápido que te quema, y parece un río turbio lleno de hojas filosas, donde hasta te duele el corazón.
La respiración empieza a fallar, los nudos en la garganta son cada vez más grandes, y hasta temblas.
Quizás esperes alguna respuesta o alguna señal o algo, sea lo que sea, pero sabes muy bien que esos segundos son determinantes en tu vida y que el destino depende de aquello, donde tu camino puede derivar en otro o simplemente derrumbarse como una carcasa vieja.
Pero ahí me tenes a mi, para sostenerte si las cosas se caen, para apoyarte si el sol no sale en tu vida o simplemente para escucharte y llorar con vos y abrigarte de abrazos y secar tus lagrimas.
Ahora y siempre.
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