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Irradiabas ternura esa tarde cuando te vi llegar. Me sonreíste picaramente como te gusta hacerlo, a tal punto que llegas a coquetearme.
Me preguntaste cosas irrelevantes para el mundo, veo que nuestras charlas son cada vez más vacías.
Y no te puedo explicar con palabras aquello que sentí en ese mismo momento que te bese.
Fue uno de los momentos más mágicos.
Las luces prendieron y las flores corrieron a mirar aquel amor infinito que duraría lo que dura un beso.
Todavía deseo volver a verte.
Todavía quiero enamorarme.
Todavía te quiero como te quise esa vez.